" PREVENCIÓN DE DESEQUILIBRIOS MUSCULARES EN NIÑOS Y ADOLESCENTES" Por Jose Fotia.
Para el desarrollo armónico del organismo en crecimiento, caracterizado por una gran capacidad de adaptación a las variaciones de las condiciones ambientales, la práctica contínua de una actividad deportiva multilateral adecuada a la edad biológica constituye una necesidad absoluta. Sin embargo, mucho se discute todavía acerca de como reaccionan los tendones, los cartílagos de crecimiento y los huesos en la niñez y en la adolescencia, a las cargas de entrenamiento.
Quizás el problema como tantos otros en el entrenamiento con niños y jóvenes no ha sido debidamente valorado, tal vez porque comprende desarrollos a largo plazo, como por ejemplo la detección de jugadores con estaturas finales elevadas o la inversión de gran parte del tiempo de los entrenamientos de categorías menores en la estimulación y el desarrollo integral de las capacidades motoras, en detrimento de los aprendizajes técnicos o tácticos mucho más constatables.
Lo cierto es que estos factores arrojarían resultados que sólo "disfrutarían" años más tarde otros entrenadores.
En general, los especialistas en cualquier deporte esperamos que los hábitos musculares y la postura de los niños y jóvenes entrenados, sean mejores que las de aquellos no activos. Sin embargo, es común observar en ellos la presencia frecuente de lesiones tales como sobrecargas y micro-traumatismos. Los desgastes y las modificaciones post-lesión son habituales en voleibolistas mayores con años de entrenamiento y ese mismo tipo de modificaciones se pueden encontrar en niños que comienzan a entrenar a los 9, 10 u 11 años.
Este aporte se refiere a los desequilibrios musculares entre músculos agonistas y antagonistas que aparecen con frecuencia en los jugadores jóvenes y que son los responsables de dolores de espalda y desgarros, los cuales son muchas veces atribuidos exclusivamente a la ejecución de técnicas defectuosas, ya que si bien algunas técnicas como el remate o el saque sobre hombro pueden resultar perjudiciales para la columna vertebral, sobre todo en la etapa de aprendizaje debido en parte a la ejecución de hiper-extensiones incorrectas, no tiene menos culpa el hecho de no planificar en los entrenamientos una suficiente cantidad de ejercicios compensatorios.
Ciertas investigaciones, como la de V. Janda en el año 1976, han puesto de manifiesto que los músculos que ejercen prevalentemente una función estática tienden a acortarse, mientras que aquellos que ejercen un trabajo dinámico tienden a debilitarse. El psoas ilíaco, el recto del fémur, los posteriores del muslo y los pectorales, son músculos que tienden al acorta- miento, mientras que sus antagonistas, los abdominales y los glúteos, se incli- nan al debilitamiento.
Esto provoca una anteversión de la pelvis, produciendo una hiper-lordosis de la columna lumbar, que ejerce una acción negativa sobre la columna vertebral. Al respecto, las investigaciones de Macek en el año 1993, confrontaron a un gran número de jóvenes implicados en entrenamiento intensivo, con otros que sólo participaban en juegos y hacían gimnasia en la escuela. Los resultados indicaron que el 20% de los chicos entrenados presentaban desequilibraos musculares, mientras que en los no entrenados la presencia de esos trastornos ascendía al 60%. Si bien la incidencia de tales defectos es menor en los niños deportistas, la gravedad de los mismos es mayor debido a que están ocasionados por cargas más elevadas. La prevención no resulta tan compleja si se introducen en el entrenamiento algunos ejercicios compensatorios y la mejora e incluso la desaparición de tales problemas puede apreciarse en pocas semanas si se intensifica el estiramiento de los músculos acortados y el fortalecimiento de 4 los debilitados. La omisión de estas simples medidas aumentan el riesgo de dolor de espaldas.
Una musculatura abdominal potente produce una acción de descarga aproximada al 40 % sobre los discos intervertebrales. A esta altura deberíamos preguntarnos ¿cómo detectar precozmente posibles y eventuales desequilibrios musculares?. Algunos de los medios son los test de acortamientos y debilitamientos musculares. Entre otros encontramos el de "Funcionalidad Muscular" de Victor Janda (1976), y el presentado por el Profesor Mariano Giradles en su texto "La Gimnasia Formativa", de editorial Stadium (Buenos Aires, 1985). Si bien ambos son semiobjetivos tiene la ventaja de no requerir medios técnicos complejos para la ejecución. Partiendo de la premisa de que el entrenador, antes de elaborar un programa de entrenamiento - entendido como un proceso sumamente complejo - debería plantarse la problemática de determinar necesidades y objetivos subjetivamente relevantes, podemos afirmar que para poder hacer esto viable necesita obtener la mayor información posible de sus jugadores. Por ello, los test de acortamientos y debilitamientos,entre otros, deberían ser utilizados al comienzo de tales programas. El análisis bibliográfico y el registro de nuestras propias experiencias nos llevan a concluir que estos desequilibrios musculares constituyen una de las causas más importantes de alteraciones, retardos e interrupciones de los resultados de rendimiento esperados a largo plazo en jugadores jóvenes talentosos, y que aparecen como consecuencia de un entrenamiento desequilibrado. Son muy frecuentes en jugadores de las categorías menores, provocando en muchos casos dolores de espaldas y desgarros.
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